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Belvedere

27-06-2010 4:44 PM

Cuando estaba jugando The Path, el juego basado en la historia de la caperucita roja, estuve pensando en las posibilidades de utilizar como argumento para las misiones las fábulas que conocemos desde nuestra infancia. No llegué a ninguna conclusión en particular, hasta que leí este relato sobre la génesis del juego Avadon, del desarrollador de juegos Jeff Vogel. Él explica que está basado en una opera que vió hace tres años llamada Barbaazul (Bluebeard). Se trata de un individuo muy acaudalado que vive en un castillo y que ha enviudado varias veces. En el pueblo todo el mundo lo tiene como un gruñon, además de feo, sobretodo por la barba. Un misterio rodeaba la muerte de sus 7 esposas, porque nadie sabía las circunstancias ni dónde habían sido enterradas.
Un dia hay una fiesta en una de las haciendas cercanas y Bluebeard para sorpresa de todos hace acto de presencia. No había terminado de ofrecer los correspondientes saludos cuando puso el ojo en la hija menor del hacendado. Ella se horrorizó, pero su padre, dada la dote que iba a recibir, convenció a la hija de que se casara con él, cosa que hicieron en pocas semanas. Resulta ser que la nueva esposa comenzó a vivir en el castillo y no le iba tan mal, el Bluebeard este era muy amable, feo, pero amable.
Un dia comenzaron a recorrer el castillo juntos y Bluebeard le mostró las habitaciones, las cuales guardaban cosas maravillosas o  hermosas vistas. Excepto una. La esposa comenzó a insistirle que se la mostrara pero él se rehusaba, y ella insistia, y el se rehusaba. Hasta que al final accedió. Al abrise la puerta, salieron las 7 ex-esposas desaparecidas, sujetaron de la mano a la nueva, la arrastraron para adentro, y cerraron la puerta. Así termina el cuento.

Esta es la versión de la opera. La fábula tiene un final distinto y menos macabro (aquí está un resumen para el que esté interesado).

Esta historia tiene un increíble potencial, y cualquiera con algunas habilidades de escritor las reconocería de inmediato. Un personaje central con rasgos definidos, fuerte personalidad (que ha impactado al pueblo cercano). Poderoso y rodeado de un áura de misterio. Un castillo como personaje secundario, un pueblo con una escenografía y tramas adicionales, una historia tenebrosa. Mr. Vogel comenzó a trabajar esta historia comenzando con la pregunta básica. Y la respuesta es fundamental porque va a responder a la pregunta de qué se trata Avadon. ¿Quién es Bluebeard? La respuesta que él suministra, que en mi opinión elimina el 50% del potencial de la fábula, es que Bluebeard es un guerrero, o un asesino, o un espía. Es lo que sea necesario para cumplir las órdenes del rey. Y la paga siempre es generosa. ¿Qué pasó con el castillo? ¿Qué pasó con las 7 esposas, los cuartos mágicos? ¿Y si Bluebeard es tan poderoso y rico como para tener un castillo, para qué necesita un trabajo tan deplorable como el de cazarecompensa o espía del rey? Y al final de cuentas ¿cuál rey? la fábula no habla de ningún rey. Al parecer Avadon es sobre otro personaje bien diferente, en un universo más común, es en realidad el resultado de una idea que se modificó tanto que terminó en un argumento cotidiano y repetido.

Al trabajar la historia de Bluebeard detectamos que tiene múltiples connotaciones, incluyendo la de pedofilia, asesino serial, secuestrador. Todas son connotaciones modernas: los matrimonios por conveniencia y con mujeres impúber o en temprana pubertad era algo común en el siglo XVII. Pero los videojuegos son sometidos a un escrutinio a través del microscopio, (mucho más estricto que las películas o los programas de televisión) así que mi primera acción sería eliminar las esposas, los matrimonios y las hijas de los hacendados. Yo dejaría el castillo con sus puertas mágicas, y el dueño del castillo detrás de la última puerta. Y su alimento no sería vírgenes sino los habitantes del pueblo. Bluebeard es un devorador de almas (devourer of Souls, Dévoreur d’âmes) El problema es la motivación. ¿Para qué demonios los habitantes del pueblo querrían visitar el castillo, con sus tenebrosas habitaciones mágicas que pueden ocultar maravillosos regalos o terribles sorpresas? Porque en mi versión (o variación) Bluebeard es un hermitaño: nunca sale de su castillo. Los tesoros pueden ser una respuesta, o quizás una audiencia con el poderoso señor  al estilo K, o una fábula dentro de la fábula: Bluebear ha enviado una carta a uno de los habitantes del pueblo, pero nadie sabe a quién. Así que solamente los valientes deciden ir a ver…

o, uno de los cuartos  resguarda el secreto de la felicidad para todos los habitantes del pueblo.

o, Bluebeard es la clave para terminar las penurias del pueblo, sea una guerra, hambrunas o cualquier otra calamidad.

o, nadie sabe si en realidad Bluebeard está vivo, o siquiera si existe, y si no, el castillo con todos sus tesoros está a la disposición del que se atreva a conquitarlo.

o, siendo un devorador de almas, tiene el poder para comunicarse con ellas,  incluyendo a los espíritus de los habitantes fallecidos del pueblo , y toda su herencia de conocimientos ancestrales (esta teoría es vital para resolver uno de los misterios del pueblo: la única persona que lo sabía se llevé el secreto a la tumba).

o, Bluebeard no es el devorador de almas, sino un prisionero de este último, que trata de escapar y solo con la ayuda de los habitantes del pueblo podrá lograrlo.

o, Bluebeard no existe, no hay tal devorador de almas, el último cuarto mágico del castillo contiene algo más temible, más inesperado, más alla de lo imaginable: el último cuarto mágico contiene a una copia del pueblo, con todos los habitantes viviendo sus vidas como si se tratara de un espejo, solamente con una diferencia: disfrutan de la vida eterna.

o, el castillo es Bluebear, mutable, con una voz propia, con sus puertas mágicas y sus intrincados accesos.

o, muchas otras posibilidades infinitas e interminables. No hay necesidad de caer en el lugar común.

Al principio dije que el castillo es un personaje secundario, pero tiene capacidad de erigirse como el personaje central: el solo hecho de acceder a él es un reto: una fosa sin puente levadizo y llena de cocodrilos (o una bestia más voraz). Puertas ocultas en un risco que conducen a lo que parece ser el castillo pero que no lo es.  Un portero con precisas instrucciones de dejar entrar a cualquier visitante, pero no en este momento. Un sindicato de visitadores del castillo, guías con experiencia en visitar al castillo, en fin un laberinto de posibilidades irreales que harán al castillo más inalcanzable.

Como dije, es una historia con increíbles posibilidades. El problema es encontrar el nombre. Un nombre. El nombre. Bluebeard es muy francés. Demasiado refinado y misogino al mismo tiempo. Uno de mis propósitos fue eliminar por completo las sugerencias de confrontación con el eterno femenino. Por el contrario mi personaje, mi heroe (o anti-heroe) es respetuoso: sediento y anhelante, pero respetuoso. Mientras escribía esto oía Vide Cour Meun, lo que me llevó a la Divina Comedia, y finalmente al tono onomástico correcto: Belvedere. Porque esa es la promesa de todas las puertas mágicas: Belvedere.