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Burbujas

10-02-2009 6:58 AM

(Tomado del departamento de especulaciones-sobre-planes-que-de-antemano-sabemos-que-no-vamos-a-hacer). Planes. Mi última idea fue rediseñar la interfase del juego (me refiero al roguelike). Pensaba comenzar desde cero eliminando completamente los comandos de una letra ya que resultan confusos, y  crear una interfase del tipo Wow. Entonces la burbuja se rompió. ¿Por qué mejor no lo termino tal como está y luego le hago cambios? Es la estrategia correcta. De hecho, en un proyecto que estoy trabajando en este momento, utilizamos la estrategia Scrum como forma de desarrollo. ¿En qué consiste? En abandonar las burbujas, y pensar en entregables concretos y bien definidos, y sobretodo, acotados, en 2 o 3 ciclos de desarrollo. ¿Ventajas? Tienes un producto visible, que resuelve parte de la funcionalidad total. Está incompleto pero puedes ofrecer un resultado temprano, utilizable. Al colocar metas distantes y difusas, te quedas en un ciclo eterno que nunca acaba. No tienes nada que mostrar a todos ni a ti mismo. El proyecto se convierte en burbujas que se rompe dejando el vacío, la vacuidad.

Siempre recuerdo un artículo del Reader’s Digest donde hablaban de un ejercicio para futuros gerentes. A los aspirantes les daban un aro y un cono. El juego consistía en colocar el cono en alguna parte del salom, y lanzar el aro para ensartar el cono. Algunos se colocaban al lado del cono y se aburrian en pocos minutos. Otros lo colocaban demasiado lejos y nunca acertaban. Otros en cambio, lo colocaban a una distancia apropiada de forma que el reto resultaba interesante: a veces lo lograban, a veces no.   ¿Moraleja?

Lo mismo nos sucede en nuestra vida cotidiana, pero en sueños, evocaciones, como las fantasías de Mr. Nash en la película una mente brilante. Soñamos que somos el rey del mundo, y que el mundo depende de nosotros. Que estamos destinados a grandes obras en favor de la humanidad, o que nuestro palacio tiene colas de gente en la entrada desesperados por vernos. Y soñamos en el próximo desfile donde en una carroza con limpidos caballos blancos somos aclamados por una muchedumbre gritándo nuestro nombre. Y entonces la burbuja se rompe y regresamos a nuestro aburrido trabajo de oficina. Esta es la razón por la que tratamos mal a nuestro compañero de trabajo en el cubículo de al lado. ¿Dónde están las doncellas que deberían estar lanzando pétalos de flores a nuestro paso? ¿Por qué nadie nos busca sino el mismo idiota de siempre cobrándonos la factura de turno?

Así que deja de soñar, olvida World of Warcraft, y trata que tu pequeño juego tic-tac-toe funcione. Es mejor recordar hazañas que lamentar sueños no cumplidos.