Hacia dónde…
Hacia dónde voy. Cuáles son los destinos
que estoy buscando. Mi mente deambula por jardines llenos de rosas espinosas, y me empeño
en cerrar los ojos…
Hacia dónde voy. Cuáles son los destinos
que estoy buscando. Mi mente deambula por jardines llenos de rosas espinosas, y me empeño
en cerrar los ojos…
En la lista de ayer no incluí una alternativa
que la mayoría de nosotros pasamos por alto frecuentemente, más por no parecer obvios
que otra cosa: los mundos mentales. Aquella película de Richard Burton (El Toque de Medusa),
donde él con solo imaginárselo empieza a producir desastres y accidentes (un avión que produce
un ruido insoportable se estrella contra un edificio, una catedral se viene abajo con todos
los feligreses adentro…), es un buen ejemplo de estos mundos que se originan en la mente
de alguien. Quizás puedan ser variaciones sobre el mismo tema, pero esta alternativa
tiene una característica interesante, y es que el emisor de estas nuevas realidades
tiene una motivación distinta a la que puede tener un psíquico o un mago. Inclusive
puede ser que no controle su poder. El tercer segmento de la película de John Landis
THE TWILIGHT ZONE muestra también un ejemplo de este tipo de casos donde Anthony,
un niño de 7 años, puede hacer lo que le provoque con la realidad, extrayendo personajes
de la televisión, desapareciéndole la boca a una niña porque habla mucho, y cosas por el
estilo.
Estaba leyendo estos comentarios (leyéndolos, no necesariamente entendiéndolos…)
y por mi mente cruzaban varias ideas sobre realidades alternativas, y sus posibles causales.
Creo que ya sobre el Quantum Leap y sus posibilidades se ha hablado y escrito lo suficiente,
y no es mi idea gastar más bits en lo mismo, así que lo que realmente estoy buscando son otras
posibilidades.
El problema con estas listas es que uno se divierte haciéndolas, pero después, el proceso de escogencia de la mejor opción siempre es una arbitrariedad.
Ya en algún sitio he desarrollado el tema de las listas, y sigo sin fijar una posición al respecto. Los académicos suelen hacer una ponderación asignándole pesos a las opciones, y hay quienes las ordenan dependiendo de sus aspectos positivos y negativos. Ahora me propongo descartar todas esas estrategias y escoger una utilizando un tin marin de dos piringué absolutamente cuestionable, y más afin con las teorias del caos que con el raciocionio más elevado de la civilización occidental.
Habrá quienes supondrán que yo venía desarrollando todo este tema con una idea
preconcebida de hacia cuál opción me inclinaba más, es decir, que mi escogencia
era premeditada. A todos ellos les digo, que todas las decisiones que hacemos en el
curso y en el desarrollo de una tesis son premeditadas. Nadie llega a una conclusión
casual (excepto en aquellos casos de brillantez donde surge una idea innovadora
que conmueve los cimientos de la ciencia ficción).
Hermini se detuvo en la puerta contemplando la estancia por primera vez. Alguna visión previa le había
enseñado de la manera ruda que debía estudiar detenidamente una habitación
desconocida antes de entrar. Había perdido el conocimiento al tener una
revelación particularmente violenta. No percibió nada, así que procedió
lentamente. La alfombra color café claro silenciaba sus pasos. Las paredes
repletas de libros ocultaban viejas paredes sin pintar. Varios escritorios
antiguamente elegantes sobrecargaban el salom, y una pequeña mesa al fondo
invitaba a ser investigada. Un libro abierto más o menos por la mitad, era una
tentación irresistible. No llegó a la mesa… se encontraba en la entrada de una casa,
en un suburbio densamente poblado, autobuses, peatones con caminar rápido, circulaban
por la acera a sus espaldas. El bullicio de una calle fuertemente transitada, per
o que
no correspondía a un sector especialmente comercial lo inundaba todo a su alrededor.
En su nuca las alarmas activadas por el terror le dió la certidumbre de que una vez más estaba
atrapado.
Así que quisiera detenerme por un rato en las posibilidades de
un paragnosta como creador de mundos sucedáneos. Un mundo donde alguien sabe algo más
que lo que sabemos todos. Pero no me refiero al conocimiento que se adquiere cuando
alguien te cuenta una confidencia, o algo que lees en un diario, o algo que oiste en
una conversación que no debías oir. Me refiero a un conocimiento imposible de adquirir
por medios naturales, normales o propios de este universo en el que vivimos.
Es, para explicarlo con un oxymoron, un conocimiento desconocido.